
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico se establece fundamentalmente a través de la evaluación clínica. Además de registrar la historia de la enfermedad, el medico examinará al paciente buscando los signos clínicos característicos, tratando de descartar otras enfermedades que puedan parecerse. Luego, si es pertinente comenzar con un tratamiento, es importante determinar la calidad de la respuesta a la terapia dopaminérgica, pues un pobre resultado al tratamiento puede indicar que no se trate de la enfermedad de Parkinson clásica.

Los exámenes de laboratorio son de ayuda, pero no definitorios. Las neuroimágenes, como Tomografía y Resonancia de cerebro, ayudan a descartar enfermedades que pueden parecer Parkinson sin serlo. Existen exámenes de medicina nuclear que tienen relación con el metabolismo de la Dopamina o de sus receptores (ioflupano SPECT o Da Tscan). Estos últimos tienen la ventaja de que pueden ser cuantitativos, es decir, en diferentes estadios de la enfermedad revelan un índice de progresión de la severidad. También se ocupa la ecografía transcraneal, que permite ver imágenes sospechosas de Parkinson o incluso sugerentes de algunas enfermedades que se le parecen.